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Tratamiento

En pacientes con síntomas por estenosis espinal lumbar resistentes al tratamiento conservador, el efecto de la cirugía se mantiene durante como mínimo 3 años.

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La estenosis espinal  consiste en un estrechamiento del canal por el que discurre la médula o de los agujeros a través de los que las raíces nerviosas abandonan la columna vertebral para dirigirse a los territorios que inervan. La causa más habitual del estrechamiento es la deformación de los huesos vertebrales, por su degeneración (es lo que se conoce como “estenosis degenerativa de canal”).

Cuando el estrechamiento no induce irritación ni compresión de la médula ni las raíces nerviosas, resulta irrelevante. Pero en caso contrario causa síntomas que requieren tratamiento. El síntoma más típico es la “claudicación neurógena”; un dolor en la nalga y la pierna, que aparece progresivamente al andar (hasta dificultar o impedir mantener la marcha) y desaparece al sentarse o flexionar la columna.

En los casos de claudicación neurógena por estenosisdegenerativa se suelen usar tratamientos conservadores durante unos meses, como ciertos fármacos, ejercicios e infiltraciones. Cuando el tratamiento conservador fracasa, se plantea la cirugía. La cirugía ha demostrado ser efectiva en esos casos, pero se duda de la duración de su efecto ante el riesgo de que la deformación del hueso progrese y vuelva a estenosar el canal.

Para aportar daros al respecto, un reciente estudio ha analizado la evolución durante tres años de pacientes con claudicación neurógena debida a estenosis degenerativa de canal, comparando la evolución de los que recibieron tratamientos conservadores con la de los que fueron operados.

En el estudio participaron 651 pacientes, reclutados en ocho hospitales suizos. Los pacientes tenían que tener más de 50 años, síntomas de claudicación neurógena y un diagnóstico de estenosis degenerativa de canal confirmada por resonancia magnética o tomografía axial computarizada (TAC).

La situación clínica de los pacientes se valoró mediante cuestionarios cuya fiabilidad y validez se había demostrado previamente. El primero (el cuestionario de “Medida de la estenosis espinal”) valora la intensidad de los síntomas, la funcionalidad y la satisfacción del paciente. El segundo (el cuestionario “EuroQol”), mide la calidad de vida relacionada con salud.

En los pacientes que recibieron tratamiento conservador se usaron analgésicos, fisioterapia (incluyendo ejercicio), e infiltraciones de corticoides y/o analgésicos en el espacio epidural o alrededor de las raíces nerviosas, o en las articulaciones facetarias.

A los pacientes a los que se operó, se les realizó una laminotomía con o sin fusión vertebral instrumentada, a criterio del cirujano.

El estudio no fue aleatorizado (es decir, no se asignó aleatoriamente a los pacientes a cada uno de los tratamientos que se comparaban -cirugía y tratamiento conservador-), sino que se intentó remedar condiciones similares a aquellas en las que se decide el tratamiento en la práctica clínica habitual; se determinó por la preferencia del paciente, sus síntomas y la evolución de estos a lo largo del tiempo. Así, de los 601 pacientes que participaron en el estudio, 171 recibieron sólo tratamiento conservador, y 430 fueron operados (18 de ellos más de un año después de haber sido incluidos en el estudio).

La intensidad inicial de los síntomas era similar entre los pacientes que iban y no iban a ser operados, aunque en los que iban a ser operados la situación había empeorado más en los tres meses previos al reclutamiento para el estudio, era peor la calidad de vida relacionada con salud, y era más intenso el dolor en los glúteos (lo que sugiere que esos parámetros pudieron influir en la decisión de considerar la cirugía por parte de los médicos y los pacientes). 

Los pacientes operados evolucionaron mejor que los pacientes que recibieron tratamiento conservador. La diferencia a favor de los pacientes operados se fue agrandando progresivamente hasta estabilizarse aproximadamente un año después de la cirugía, y

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a partir de ese momento se mantuvo estable hasta el final del periodo de seguimiento, establecido a los tres años. En dos tercios de los pacientes operados, se detectaron mejorías significativas en la intensidad de sus síntomas, su función y su calidad de vida.

Este estudio no fue aleatorizado y los resultados no se evaluaron enmascaradamente (es decir, los médicos que evaluaron la evolución de los pacientes sabían qué tratamiento habían recibido -y, obviamente, los propios pacientes también-), por lo que en puridad podría cuestionarse su rigor y la fiabilidad o precisión de sus resultados. Sin embargo, los investigadores asumieron esas limitaciones conscientemente, para acercarse a las circunstancias habituales en la práctica clínica, y sus conclusiones pueden ser válidas en esas circunstancias.

En conclusión, este estudio refuerza los datos disponibles sobre la efectividad de la cirugía para el tratamiento de la claudicación neurógena por estenosis espinal, y sugiere que su efecto se mantiene como mínimo durante tres años.

Valorando conjuntamente estos resultados con los de otros estudios previos, se refuerza el criterio de plantear la cirugía para el tratamiento de los pacientes con claudicación neurógena debida a estenosis espinal degenerativa en los que el tratamiento conservador fracasa. En esos casos, la superioridad de la cirugía (frente a mantener el tratamiento conservador) dura como mínimo 3 años, y otros estudios (menos rigurosos, pero que han recogido datos durante hasta 10 años), sugieren que puede mantenerse hasta una década.


 

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