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Servicios


Las Clínicas y Unidades de la Espalda Kovacs atienden todo el espectro de dolencias del cuello y la espalda; desde los pacientes más crónicos y complejos, en los que han fracasado los tratamientos habituales, hasta la prevención entre los sanos con riesgo de padecerlas, como personas con profesiones de riesgo o deportistas de élite.

Ofrecen los siguientes servicios:

En las Unidades de la Espalda Kovacs se diseñan programas de prevención, basados en el conocimiento científico más actualizado:

  • Para personas individuales; individuos sanos expuestos a factores de riesgo, o pacientes que ya han padecido episodios dolorosos, y en los que conviene reducir el riesgo de volverlos a sufrir.

  • Para colectivos específicos que están expuestos a factores de riesgo para padecer dolencias de la espalda, o en los que esas dolencias ya son frecuentes y conviene reducir su recurrencia, como ancianos o empresas de diversos sectores. En estos casos, los expertos de la Unidad trabajan conjuntamente con los responsables de esos colectivos para desarrollar programas viables en su entorno.

En cada caso, los programas de prevención:

  • Incluyen las medidas cuya efectividad para reducir el riesgo de padecer episodios o recurrencias de dolencias de la espalda se ha comprobado científicamente.

  • Se diseñan a la medida de sus destinatarios, para asegurar que sea viable aplicarlas en la práctica.

A los pacientes con dolencias del cuello y la espalda es necesario realizarles todas las pruebas diagnósticas precisas para determinar el origen del dolor, definir el tratamiento apropiado y establecer un pronóstico fiable.

Todos los estudios científicos realizados demuestran que las dos pruebas diagnósticas más importantes en el caso de las dolencias del cuello y la espalda, son el interrogatorio clínico y la exploración física. Requieren tiempo de consulta, pero son la fuente más importante y fiable de información. De hecho, sólo está indicado prescribir una prueba diagnóstica complementaria (como una resonancia magnética, una gammagrafía, una prueba neurofisiológica o una analítica sanguínea), cuando los resultados del interrogatorio y la exploración física determinan que la prueba va a servir para modificar el tratamiento o el pronóstico. Por lo tanto, es inapropiado prescribir una prueba complementaria sin haber interrogado y explorado antes al paciente.

Los estudios científicos también demuestran que, para los pacientes con dolencias del cuello y la espalda, puede ser tan nocivo realizar una prueba diagnóstica innecesaria como no prescribir una realmente indicada. Por ejemplo, los estudios realizados demuestran que realizar una resonancia magnética lumbar a un paciente en el que no existen criterios para prescribirla, incrementa un 800% las posibilidades de que termine siendo operado sin necesidad.

Por eso, los médicos de las Unidades de la Espalda Kovacs:

  • Emplean el tiempo necesario para estudiar detalladamente cada caso, interrogar al paciente y explorarle físicamente, a fin de determinar si realmente es necesaria una prueba diagnóstica adicional y, en ese caso, cuál o cuáles.

  • Aplican un protocolo que establece en qué supuestos concretos está indicada cada prueba diagnóstica complementaria. De acuerdo con ese protocolo:

    • Sólo prescriben técnicas diagnósticas complementarias (como resonancias magnéticas, pruebas neurofisiológicas o análisis de sangre), en los casos en los que está justificado porque sus resultados realmente van a ser útiles.

    • Evitan la prescripción de pruebas diagnósticas innecesarias en pacientes en los que no están indicadas, pues suponen riesgos, costes, angustias y retrasos injustificados o contraproducentes.

  • Usan la información recogida en la fase de diagnóstico para definir los tratamientos indicados, establecer conjuntamente con el paciente la mejor estrategia de tratamiento, y diseñar un programa individualizado de recuperación y prevención que reduzca el riesgo de padecer recaídas en el futuro.